La hipertensión arterial secundaria (presión arterial alta secundaria) es la presión arterial alta provocada por otra afección médica. Puede ser causada por afecciones que afectan los riñones, las arterias, el corazón o el sistema endocrino. La hipertensión arterial secundaria también puede producirse durante el embarazo.
La hipertensión arterial secundaria difiere del tipo habitual de presión arterial alta (hipertensión primaria o esencial), que a menudo se conoce simplemente como presión arterial alta.
El tratamiento adecuado de la hipertensión arterial secundaria suele poder controlar tanto la presión arterial alta como la afección que la produce. El tratamiento eficaz reduce el riesgo de complicaciones graves (que incluyen la enfermedad cardíaca, la insuficiencia renal y el accidente cerebrovascular).
Síntomas Al igual que la hipertensión arterial primaria, la hipertensión arterial secundaria generalmente no tiene signos ni síntomas específicos, incluso si la presión arterial ha alcanzado niveles peligrosamente altos.
Si te han diagnosticado hipertensión arterial y tienes alguno de estos signos, puede que la afección sea hipertensión arterial secundaria:
Hipertensión arterial que no responde a los medicamentos para la presión arterial (hipertensión resistente) Presión arterial muy alta: presión arterial sistólica por encima de los 180 milímetros de mercurio (mm Hg) o presión arterial diastólica por encima de los 120 Milímetros de mercurio Hipertensión arterial que ya no responde al medicamento que previamente controlaba tu presión arterial Hipertensión arterial de aparición repentina antes de los 30 años o después de los 55 años Ausencia de antecedentes familiares de hipertensión arterial Ausencia de obesidad
Cuándo debes consultar con un médico
Si tienes una afección que puede causar la hipertensión arterial secundaria, es posible que necesites controlar la presión arterial con mayor frecuencia. Consulta con tu proveedor de atención médica con qué frecuencia debes controlar tu presión arterial.